jueves, 15 de septiembre de 2011

La Espera



Día 46:

Si eres niña, serás traviesa como la niña del comercial de TV; y tu papá se convertirá en el mejor soñador que he conocido. Si eres niño te llamarás como tu abuelo, y tu papá te amará igual o más que a su padre.

Demasiado impreciso decir que dejaré de amarlo.


Día 7:

Ya va a nacer. Algo más fuerte que el instinto me dice que será niña.

Las niñas saben bien a lo que vienen.

Ojalá algún día pueda conocerte, llevarte de la mano al zoológico o enseñarte una canción. 

No sabre qué hacer el día que llegues, no sé si tus hermanos lo entenderán. ¿Por qué tendría que saberlo ahora?




Día 45:

El mar me está humedeciendo lo mojado.

Traigo un torbellino salino en el corazón.

A pesar de saber que ya tienes por quien más vivir,

me cuesta tanto dejarte ir...


Todos duermen, saldré al pasillo a fumarme un cigarro.



Día 6:


En Puerto Vallarta, la estoy pasando o por lo menos intento pasarla de maravilla.

Llevo algunos días tomando el sol, bebiendo hielo, y guardando instantes en una cámara fotográfica.

En la noche hay que volverse patriota y celebrar el Bicentenario. Recibiré el 16 de septiembre, descalza, sobre la arena de una bella playa mexicana.

¿Niña, cómo estas? Extraño a tus hermanos.


Día 44:


Las noches tan largas y ni así me alcanzan para saberme sin ti.

Me arde la piel, es decir, siento un ardor desde la epidermis hasta el fondo de todo lo sensible, y en seguida me viene otro ardor, que va desde el fondo hasta la epidermis  ¿Cuál de los dos duele más?

Hablo de él y hablo de ti pequeña, es él, el mejor padre que pudiste haber elegido. Te ha esperado tanto tiempo y ya solo faltan 44 días.  


Día 5:

Niña, niña, si se te ocurre salir de tu tibieza en estos días ¿qué voy a hacer?

Aquí no es territorio telcel y media hora en Internet es en enteros USD.

No he podido hablar con tus hermanos, quiero estar con ellos el día de tu llegada.






Día 43:

Que bueno es detenerse
                                 Ignacio Larrañaga

                                                                            4 elementos
                                                                 Puerto Vallarta, Jal.




Día 4:


Caminando, me detengo a pensar en la pequeñez.

La semilla de mostaza, al soplo de mi boca, volando la inmensidad del mar hasta perderse en el espacio que une a los azules.

Tu primera casa, cálida, armoniosa.

Sonidos, movimientos, vibraciones.

Todo en una perfecta conexión.
 






Día 42:

Escribir en un autobús no es de mi agrado, la gente habla y ronca demasiado.

Comeremos en Guadalajara.

Día 3:

Regreso al D. F.




Día 41:

Que bendición que la palabra exista, dichosa es la palabra cuando toma voz, poderosa es, sobre todo si
lo que se quiere decir es a besos y es a abrazos que ya no se deben dar.

Menos mal que en el mismo instante en que la palabra se hizo, se formó también el silencio.


Si me vieras, bronceada, enamorada... ¡hasta acá!


Día 2:

- ¡Ya vine! déjame abrazarte, deja te planto unos besos, deja te digo cuánto te extrañé.

Al teléfono:

- ¡Hola mi vida, ya regresé!...

...Besos, abrazos, bendiciones, ¡te amo! bye.


Es una buena noticia saber, que la niña sigue en su casa de agua.

¡Gracias por mis hijos, gracias por la espera de la niña, gracias por la playa!




Día 40:

Para qué, si todos dicen que fuiste

Te nombro y la ausencia se extiende
En una canción de tres versos
Que andan las letras de mi territorio.

Te nombro, por si acaso la memoria
Hubiera olvidado lo encendido del umbral o
El cadencioso ritmo de la lluvia.
 
Tu nombre viaja en cascadas y tu voz lejana
Se posa en la garganta de una ballena en la bahía
Eres, por eso te nombro.

Día 1:

Niña ¿Quién querría abandonar su casa de agua?

Lo terrible de la separatidad.

La física, la medicina o el escepticismo; si se llora al nacer es porque hay muerte.

Y si somos seres marinos, por qué no dejarnos guiar por la acústica.    

       




Día 39:

Ven, que hoy no puedo sola...


Día de la llegada:

¡Ha visto la luz!

¡Es niña!

En casa y particularmente en una de mis habitaciones,
                                                            hay una mezcla de emociones inexpresables.



Día 38:

No quiero hablar, no quiero escribir, quiero no saber, nada...

Día 1:

Tu primer día fuera de la primera casa de agua.



Día 37:

...

Día 2:

Las niñas saben a lo que vienen.



Día 36:

Otra espera...

Día 3:

Una llegada.